Una obra de mi autoría
Yo te cuento Buenos Aires
Yo te cuento
Buenos Aires.
Y te cuento
porque no sé escribir poesía.
Ya te lo dije
muchas veces, te tengo aquí, dentro del cuore. Y tu voz, me embriaga en cada
esquina.
Soy cautivo
de tus calles, y esa forma de ser que nos distingue; es que te
veo en cada uno de nosotros, entendes?
Contarte, es
contarnos… Quedar así, sorprendido en el piedra libre de cualquier esquina
junto a ese boliche sumergido en la pretérita bruma de algún sábado por la
noche. Billar, truco y café, manos en los bolsillos y el lento transitar bajo
tu azul llovizna.
Te cuento en
el abrazo al amigo, en el chispazo del chori previo al asado, en la mateada de
la tarde, y el tierno beso a la nona.
Te cuento en
el supuesto enojo de la vieja, cada vez que me junaba metiendole el pan en el
tuco. O en el reojo del viejo, que desde hacía rato ya estaba junto al fuego… y
yo recién levantado.
Te cuento en
el paseo con la piba, la sonrisa nerviosa del chamuyo tartamudo y el primer
beso.
Te cuento
porque todos los días sos nueva, me sorprendes y tengo que reaprenderte, y eso
es lo bueno, porque te hace eterna.
Lo sabés, no
sé escribir poesía, pero creo presentirla cada vez que te miro. Si, la
presiento, esa… la que no se escribir. Pero te cuento en el grito de cada pibe,
en el pregón del caniyita, en las broncas cuando el subte tarda, y en ese
chabón que está a mi lado, sacandosé la mufa del atraso.
Te cuento en
esta forma nuestra, del: -“atrás, un paso atrás por favor”- del colectivero, en
la chinche del tachero, y en la mina que apura el paso haciéndose la
distraída ante el galanteo del muchacho.
En el silbido
del chabón casi dormido, que espera el bondi bien de matina para el laburo. Y
en el tipo de jeta seria y caminar lento. Ya sé, claro que lo sé, al tipo le da
vuelta el marote con eso de los pibes, el colegio, el alquiler.. ay ay ay
Te digo
algo Buenos Aires, no soy gil, a pesar de todo, que el mango no alcanza y
que las cosas estén medio medio, vos junás que el amor por vos y el deseo de
ganar, no lo negocio. También sé que no somos los mejores, pero vos
tranqui, que hacia allá vamos.
No sé escribir
poesía ni frasear lindo, pero sé lo amigo que somos. Vos nos enseñaste a abrir
los brazos y ser generosos. Recibimos barco tras barco, ilusión tras ilusión, y
a pesar de las críticas, continuamos con los brazos abiertos.
Ya sabemos,
dicen que dicen, pero no es verdad, cobijamos a todos. Somos amigos y eso para
nosotros es religión.
Ya ves, no te
hago el verso, no sé escribirlas, por eso te cuento así, sencillo, como puedo.
Es que cuento lo que sos, no voy con la lisonja ni el piropo.
Solo sé contar
del diario transitar por tus calles recorriendo tus infinitos mundos que desde
chabón, los fui creando en cada esquina. En el picado con los pibes bajo el
dominguero sol. En la alegría o la bronca por el resultado del partido. En
cualquier yeca, al cruzar la plaza que guarda todos los sonidos de nuestra
infancia. En el primer bailongo, en el bullicio de la calle Corrientes y en las
luces de sus marquesinas, el café hasta la madrugada. En el recuerdo de
aquellos patios donde crecimos y soñamos tantas noches, aquellos, que ya
no están.
Ya ves, sos mi ciudad, y claro, me
gustaría hacerte poemas, pero solo,
yo solo sé contarte.
yo solo sé contarte.
ROQUE
VEGA
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